La defección de los Jesuitas

"Jesuitas en el Cuzco" (Museo Arzobispal del Cuzco, Perú - S. XVII)

"Jesuitas en el Cuzco" (Museo Arzobispal del Cuzco, Perú - S. XVII)

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La Compañía de Jesús (Societas Jesu o Societas Iesu) es una orden religiosa de la Iglesia Católica fundada en 1534 por Ignacio de Loyola. La fórmula de esta institución, confirmada por Julio III en 1550, expresa lo siguiente: «Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra».

Sin embargo, la realidad actual dista sobremanera de lo expresado por la referida fórmula ya que los jesuitas han emprendido un camino totalmente alejado de aquél trazado por la Iglesia Católica. Malachi Martin, ex jesuita y profesor del Instituto Bíblico, abre su libro de 1987 con estas palabras: “El papado y la orden jesuita –la Compañía de Jesús, para mencionar dicha Orden por su nombre oficial– están en estado de guerra”[1]. Esta situación referida por Martin se ve corroborada a diario: jesuitas cuyo deporte habitual consiste en descalificar la doctrina del Papa; universidades católicas de jesuitas que se ocupan, deliberadamente, de borrar de sus entrañas todo vestigio de doctrina católica; “teólogos” jesuitas que hablan de la muerte de Dios; etc.

Ahora bien, esta realidad patente a los ojos de todos, ya se encontraba en germen desde hace mucho tiempo en el seno de la Compañía de Jesús. A los cien años de su constitución, Pascal, en sus Cartas Provinciales, denunciaba el racionalismo de los jesuitas, consistente en acomodar la moral cristiana a los nuevos tiempos de secularización y mundanización de la existencia. Pascal espetaba a los jesuitas de su tiempo: “… la gente se sorprenderá al ver hasta qué punto habéis decaído del primer espíritu de vuestro Instituto, y que vuestros propios generales han previsto que el deterioro de vuestra doctrina en la moral podría ser funesto, no solamente para vuestra Sociedad, sino también para la Iglesia Universal”[2].

El gran filósofo del risorgimento italiano, Antonio Rosmini, aprueba la supresión de la Compañía de Jesús el 21 de julio de 1773 ya que en ella, afirma el ilustre pensador, “… había entrado la infección de la doctrina racionalista…”[3]. En una carta a Castracante, amigo de Rosmini, este último refiere: “… el mal principal, que amenaza en el presente a la Iglesia, es el racionalismo, el cual tiende a exaltar al hombre, a exagerar las fuerzas de su razón y de su libertad, a disminuir la eficacia de la gracia de Cristo y de los Sacramentos, en definitiva, a quitar, paso a paso, todo aquello que hay de misterioso en la revelación, a tal punto de modificar la esencia misma del cristianismo”[4].

Malachi Martin, a fines del siglo XX, señala la presencia del mismo mal en el seno de la Compañía de Jesús: el racionalismo. Este fenómeno prácticamente ha dejado muy pocas cosas en pie. Martin señala, casi al final de su libro: “El error básico del arrupismo (se refiere al Padre Arrupe, uno de los últimos generales de los jesuitas) fue que dedicó la poderosa energía de la Compañía de Ignacio a alcanzar el ideal del Hombre Nuevo en un medio terrenal, abandonando el ideal sobrenatural…”[5].

¿Qué sucederá con la Compañía?, ¿serán aquello que deban ser? Las palabras del Papa Clemente XIII siguen siendo proféticas: “Sint ut sunt, vel non sint” (“Seguirán como son –es decir, fieles a la naturaleza de la Orden– o dejarán de ser”).

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The Society of Jesus (Societas Jesu or Societas Iesu) is a religious order of the Catholic Church founded in 1534 by Ignacio de Loyola. The formula of this institution, confirmed by Julius III in 1550, reads as follows: “a soldier of God beneath the banner of the cross and serve the Lord and his Church alone, his Spouse, under the Roman Pontiff, the vicar of Christ on earth”.

However, the current reality departs greatly from what is expressed by the aforementioned formula, and that is because the Jesuits have taken a path that is completely away from the one traced by the Catholic Church. Malachi Martin, an Ex Jesuit and Professor of the International Bible Institute, opens his book of 1987 with these words: “The Papacy and the Jesuit Order- the Society of Jesus, to say its official name- is at war”[1]. This fact referred by Martin is corroborated nowadays: Jesuits whose regular sport is to discredit the doctrine of the Pope; Jesuit Catholic colleges which are concerned, deliberately, to erase from their entrails every trace of Catholic doctrine; Jesuit “theologians” who speak of the death of God, etc.

Now, this fact before the eyes of all of us was already in germ since a very long time within the Society of Jesus. A hundred years of its establishment, Pascal, in his Provincial Letters, denounced the rationalism of the Jesuits, consisting in accommodate the Christian morality to the new era of secularization and to the secularization of the existence. Pascal told the Jesuits of his time: “… people will be surprised to see how far you have fallen for the first spirit from your Institute, and that your own generals have predicted that the deterioration of your doctrine on moral could be fatal, not only to your Society, but also for the Universal Church”.

The great philosopher of the Italian Risorgimento, Antonio Rosmini, approved the suppression of the Society of Jesus on July 21, 1773 because, says the illustrious thinker, “… It had entered the infection of the doctrine of rationalism…”[3]. In a letter to Castracante, a Rosmini’s friend, the latter says: “… The chief evil that threatens in the present to the Church is rationalism, which tends to exalt man, to exaggerate the forces of reason and freedom, to decrease the effectiveness of the grace of Christ and the Sacraments, ultimately to remove, step by step, everything that there is mysterious about the Revelation, to the point of changing the very essence of Christianity”[4].

Malachi Martin, in the late Twentieth Century, notes the presence of true evil within the Society of Jesus: rationalism. This phenomenon has practically left very few things standing. Martin points out almost at the end of his book: “The basic mistake of the arrupismo (referring to Father Arrupe, one of the last General of the Jesuits) was that it dedicated the powerful energy of the Ignacio Society to achieve the ideal of the New Man in an earth spot, leaving the supernatural ideal…”[5].

What will happen to the Company? Will they be what they should be? The words of Pope Clement XIII continue to be prophetic: “Sint ut sunt, vel non sint” (“They will continue as they are – that is, true to the nature of the Order, or they will not be any longer”).

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Notas

[1] Los jesuitas. La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica Apostólica Romana. México, Lasser Press Mexicana, 1988, p. 11.

[2] Pascal, Blaise. Treizième Lettre. Écrite par l’auteur des lettres au Provincial aux Révérends Pères Jésuites. Citamos el texto de la edición crítica de Louis Lafuma. Oeuvres complètes. Préface d’Henri Gouhier. Préséntation et notes de Louis Lafuma. Paris, Éditiones du Seuil, 1963, p. 434.

[3] Antonio Rosmini. Il razionalismo teologico. En Opere Teologiche. Istituto di Studi Filosofici-Centro Internazionale di Studi Rosminiani. Roma, Città Nuova, 1992, p. 60.

[4] Carta citada por Giusseppe Lorizio en la Introduzione al escrito de Rosmini Il racionalismo teologico, op. cit., p. 16.

[5] Malachi Martin. Los jesuitas. La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica Apostólica Romana, op. cit., p. 468.

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14 comentarios »

  1. Dr. Lasa: Lo felicito por este espacio y adhiero en todo, siguiendo también a Martin Malachi. De todos modos mirando rápidamente todas las publicaciones ( los jesuitas son dueños de varias editoriales ) en diferentes medios y en declaraciones del Rector de la Universidad Católica de Córdoba, podemos resumir esta linea de Ideología, ya que no me atrevo a decir de Pensamiento.
    Si vemos las notas de dicho Rector en los diarios de la Docta, desde que Benedicto tomo el timón de la Barca, veremos como a desmerecido en lo que más pudo, no solo la Persona de Joseph Ratzinger, sino el propio ejercicio del Primado Petrino.

    Frente a esto solo podemos elevar otra voz y seguir hablando claramente y de la mano de «Ortodoxia» citando al Declarado Hombra más Inteligente del Siglo XX en Inglaterra G. K. Chesterton

    Saludos Cordiales
    PANCHO de LECTIO

  2. Dr. Lasa quizás se deba esta actitud de los hermanos jesuitas a su constante intento de aparecer como intelectuales de la iglesia católica sin medir los daños que le producen. sobre la perdida de la identidad de la universidad católica de córdoba es de suponer que se trata de un mal de nuestro tiempo y roguemos porque vuelvan a ser quienes deberían ser o se definan por la negativa, la falta de identidad y la ambiguedad no hacen nada bien, porque tampoco se los ve en una búsqueda sino en esas posiciones que no suman sino restan, pero siguen siendo nuestros hermanos. paz y bien. David

  3. DR. LASA, LO FELICITO POR LO QUE HA PUBLICADO, SIGA ASI QUE NOS HACE BIEN A LOS QUE IGNORAMOS MUCHAS COSAS. SU

  4. Estimado Dr. Lasa:
    Le agradezco el artículo muy esclarecedor. Da la casualidad de que habíamos hablado con Pancho sobre este tema, una semana atrás. Me gustaría saber cuál es su opinión sobre la política de comunicación de Radio María y del canal católico EWTN y su emisión en Argentina, la señal Santa María, en el sentido de permanecer fieles a la Verdad y a la Justicia, denunciando las grandes guerras, los grandes crímenes y las grandes estafas que ocurren hoy en el mundo. Lo saludo muy atte.

    • Estimado Ingeniero Flores: le agradezco sus elogiosas palabras. Sólo espero que estos artículos sean repropuestos, por parte de los lectores, a partir de nuevas preguntas, con el fin de que lleguen a provocar un verdadero pensar. No puedo emitir opinión sobre Radio María porque nunca escucho radio. Tampoco tengo en mi grilla de programación el canal católico EWTN. Vivimos en el campo y tenemos Directv. Le mando un saludo muy cordial.

      • Estimado Dr. Carlos Lasa:
        Disculpe que le haya preguntado por otro tema. Volviendo a los Jesuitas. Tiene razón Dr. Yo tuve la gracia de tener el Dr. José Ramón Pérez en introd. a la filosofía, al Lic. Reynoso en antropología filosófica. Al padre Leónidas Miani, a Mons. Roberto Rodríguez y al padre José Alesio en formación teológica 1, 2 y 3 respectivamente. Me da mucha pena porque yo fui a la Univ. Católica y recuerdo las palabras del Dr. Pérez que me decía que dicha Universidad era una empresa y que de católica tenía muy poco. Esto fue en el 92. Él veía con claridad muchas cosas. Creo que San Ignacio de Loyola estaría triste si desde el cielo viera lo que pasa hoy.
        Creo que Radio María suele llegar al interior. A mí me gusta el noticiero de 13 a 14hs, cuando lo puedo escuchar. Los comentarios de Pablo Giletta y Verónica Laforgia son muy acertados. También he visto EWTN que está tb disponible en directv y tiene algunos programas muy buenos como por ej. uno que habla sobre cómo formarse frente al matrimonio, sobre conocer la fe, etc…La emisión EWTN-Santa María sólo está en cablevisión y tiene un programa los domingos a las 21hs de Mons. Aguer, «Claves para un mundo mejor», que pasan por América los sábados a la mañana. Aguer es bastante jugado en sus 15 minutos. Otros programas no son tan jugados o interesantes. Por lo que he visto, creo que la presencia de la Iglesia en el cable, al menos, está condicionada por los grandes capitales, de manera tal que no emiten juicios de valor sobre grandes problemas por ellos causados, como por ej. la última guerra de irak sólo justificada por el petróleo, la de afganistán sólo justificada por el gas, las grandes estafas de Bernard Madoff, de Goldman Sachs, o el salvataje financiero arbitrario del Gobierno de EEUU hacia General Motors, en desmedro de Ford o Chrysler, el silencio del mundo ante las personas asesinadas en el buque que llevaba ayuda humanitaria de Turquía a la franja de Gaza, la monopolización del petróleo ruso con Roman Abramovich en Gazprom, etc…Decir que EEUU gasta 500 mil millones de dólares anuales en defensa (la mitad de lo que gasta el mundo) en forma innecesaria, etc…
        Creo sinceramente que estos temas deberían denunciarse con nombre y apellido, en los medios y con mayor frecuencia, sobre todo por la magnitud del mal ocasionado. Porque lo único que se escucha es un enunciado impersonal y neutro, una especia de «deber ser» basado en el catecismo y en las escrituras, pero que no involucra o compromete concretamente a nadie. Y al no hacerlo, pasa a cometerse un pecado de omisión, un silencio cómplice del poder corrupto, que hipoteca nuestro futuro. Creo que también se debería reconocer a los buenos gobernantes y las buenas obras, las grandes vocaciones, si las hubiere.
        Disculpe mi longitud y mi insistencia en el tema.
        Le agradezco el libro que me obsequió sobre el filósofo Del Noce.
        Lo saludo muy atentamente.

        .

  5. Por algo un Papa los suprimió!

  6. Dr. Lasa:

    Estupendo artículo. Quisiera pedirle alguna referencia bibliográfica para confirmar lo siguiente: me comentó alguien que la condena a Rosmini se debió a la falsificación de alguna de sus obras que estaba en prueba de galeras para que no accediera al capelo. Pero sólo recuerdo ese comentario, nunca encontré el dato, que supongo estará en alguna biografía.

    Muchas gracias.

    Saludos.

    • Estimado Martín: efectivamente, Ud. tiene razón. Le recomiendo la lectura del estupendo libro de un tomista de raza, Giorgio Giannini, titulado «La Metafísica de Antonio Rosmini». Este texto señala los cambios de algunos términos latinos en algunas de las proposiciones atribuidas a Rosmini con el propósito de obtener su condena doctrinal. El texto compulsa todas las acusaciones que se dirigieron contra Rosmini: jansenismo, ontologismo, panteísmo, racionalismo y generacionismo.En el capítulo VIII se hace referencia a los motivos de las acusaciones. Finalmente, en los 11 capítulos finales, el autor hace una presentación de la riqueza, originalidad y del enraizamiento en la tradición del pensamiento rosminiano. La obra de Giannini, inédita hasta ese momento, fue traducida por la Lic. Celia Galíndez de Caturelli y lleva un presentación a cargo de Alberto Caturelli y un prólogo del profesor de la Universidad de Génova, Pier Paolo Ottonello. Villa María-Córdoba, Convivio Filosófico Ediciones-Ediciones El Copista, 1997, 202 pp.
      Le mando un cordial saludo

  7. Serán lo que deban ser o no serán nada… Palabras proféticas, muy bien dicho!

  8. Estoy de acuerdo con algunas posturas que he leído aquí acerca de los hermanos jesuitas, pero creo 1°, que es difícil hallar a quién pueda rasgarse las vestiduras dentro y fuera de nuestra iglesia, y 2° tratar de de ser muy objetivos y genuinos para evitar los cada vez más frecuentes mini cismas que tanto daño hacen a nuestra iglesia. Paz y Bién !

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